Yo era un hombre común hasta donde la conciencia lo
permitía…pero en mis sueños era algo más, era un humano capaz de atravesar el
bosque en busca del umbral que me llevaría hacia ella…el hada mas hermosa jamás
imaginada.
Cada día caminaba
entre los árboles, ansiando la noche para poder reunirme con Shaylee, un ser
místico y hermoso, que con su mirada, sus caricias y sin palabras, me insinuaba
cuanto me amaba. Sus bellos ojos color uva, sus labios rosados y su piel pálida
me pertenecían cada noche durante mis sueños.
Un día mientras atravesaba el bosque, encontré un sendero,
lleno de flores de muchos colores, y exóticos olores que parecían tener vida,
el camino se iba estrechando con la vegetación convirtiéndose en una especie de
túnel, seguí el camino como hipnotizado y encontré una puerta con un sello de
plata y oro…el camino hacia otra dimensión, hacia mi perdición.
No fue difícil romper el sello, tampoco tuve miedo de
atravesar la puerta pues esperaba que mis sueños se hicieran realidad…y así fue,
me encontré en un lugar mucho más colorido y fantástico, lleno de hermosos
seres mitológicos, duendes, hadas, unicornios…
Mi hermosa Shaylee estaba ahí y esta vez no estaba soñando…camine
hacia ella y ví pasar ante mis ojos una vida a su lado, cuando nos conocimos,
cómo nos enamoramos, la primera vez que hicimos el amor…pude sentir el calor de
su cuerpo desnudo… por fin el círculo de mi vida estaba cerrado, su corazón me
pertenecía y yo me entregaba a ella en cuerpo y alma…ahora sabia que existía el
cielo…estar con ella me hacia el hombre más feliz de todo el universo y ella
emanaba alegría por cada poro de su cuerpo.
Pasaron los días y al final la desgracia cayó sobre
nosotros, un amor entre nuestras especies era imposible y castigado, así que
nos separaron y luego dictaron la fatal sentencia…para el hada, la
desintegración total…para el humano, vivir eternamente en los bosques con el
único recuerdo de la inevitable muerte de Shaylee, mi gran y único amor.
Noche tras noche lo sufro, aún lo vivo como si estuviera pasando
de nuevo, sonaba como papel al romperse, mi hada lloraba, agonizaba, perdía sus
alas plateadas, dejando solo polvo que resplandecía sobre el verde pasto…dirigiendo
su última mirada de súplica hacia mi.
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