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jueves, 3 de mayo de 2012

AMOR

En las ciudades perdidas bajo el mar se escuchaban historias acerca de los humanos y el extraño sentimiento que los hacía entregar su alma y corazón, incluso perder la razón…estas historias eran contadas por aquellos tritones que lamentaban haberse aventurado en nuestro mundo y que hablaban de mujeres convertidas en estatuas de sal, la penitencia por entregarse a un hombre de los mares. Describían como una vez cada mil años sus escamas se cristalizaban y caían una a una provocando un dolor indescriptible que parecía provenir de las entrañas, dando paso a un par de piernas, al sexo y a su primera sensación de satisfacción, sus cuerdas vocales se modificaban, respiraban aire por primera vez y disfrazados de humanos se adentraban en pueblos costeros, haciéndose pasar por marineros sobrevivientes de naufragios, consiguiendo que las mujeres sintieran compasión por ellos…un encantamiento que duraba solo 77 días.

Una noche Cali caminaba por la playa y vio a lo lejos un cuerpo inerte, corrió en su ayuda y encontró a un hombre desnudo, de piel pálida con el cabello oscuro, muy atractivo…se sonrojó al imaginarse junto a él, pero ignoró sus  pensamientos pues necesitaba fuerza y concentración para sacarlo del mar… al levantarlo percibió que lo aquejaba un dolor muy intenso, sintió lastima por él y lo llevó a su casa, le puso ropa, comida, bebida, le tendió una cama para que descansara y lo cuido toda la noche hasta que despertó.

Cuando Luthien abrió los ojos y vio a Cali, sintió como algo dentro de su pecho se movía rítmica y aceleradamente, también sintió calor en las mejillas y extrañamente húmedas las manos, y calor…mucho calor. Eran sensaciones desconocidas para él, pero muy embriagantes. Se dio cuenta de que podía escuchar los pensamientos de Cali, le intrigaban sus fantasías, sentimientos y el alcance de su imaginación…que además estaba llena de situaciones que se percibían como reales.

Los días transcurrían, la magia casi llegaba a su fin y Cali cuidaba de Luthien con esmero y dedicación, se estaba enamorando de su extraño, pensaba en él durante el día y cuando se iba a su cama, entre las sábanas fantaseaba con sentir por todo su cuerpo al hombre que llego del mar, sus besos, sus caricias, su calor. Luthien percibía en él una creciente fascinación y necesidad de permanecer a lado de esa humana…también era capaz de sentir de corazón?

La última noche había llegado, Cali había salido a comprar cosas para la cena, velas, carne, vino, estaba muy ilusionada y feliz pues se sabía correspondida, Luthien le había expresado su adoración y ella había imaginado su vida entera junto a él…esa noche harían el amor.

Cuando ella regreso a su casa el hombre del mar se había marchado…sin dejar un mensaje o una pista de su paradero. El  estaba parado a la orilla del mar, podía sentir en su boca el sabor de la brisa marina que se mezclaba con sus lagrimas… escuchaba a lo lejos los pensamientos contrariados de su amada y su desesperanza al sentirse abandonada, pero Luthien había tomado la decisión de alejarse eternamente antes que verla convertida en una estatua de sal.

Escrito por Claudia Liz Flores



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