En
cierto punto, los continentes temblaron y luego se partieron en millones de
pedazos, fue muy extraño, porque los
humanos fuimos separados en pequeños trozos de tierra, aunque parezca inverosímil,
nunca nos falto agua o comida, hasta libros caían en nuestras manos… a veces
caían del cielo, otras llegaban flotando. Nunca tuvimos tiempo siquiera de
temer por la falta de lo necesario para sobrevivir, teníamos abrigo, sombra,
parecía incluso que con sólo desear algo aparecía, excepto por el contacto con
otros, cada uno flotaba en su isla, en un océano de soledad.
Estoy
segura de que todos añoramos lo que antes se conocía como interacción, una
buena plática, el contacto físico, las caricias, un buen beso. Ahora seguro apreciamos
todos aquellos momentos que antes nos parecían insignificantes, como sentarse a
la mesa con la familia, codearse en el lavabo, reír y llorar, contar con el
apoyo de alguien más…
Pasan
los días y pienso: tal vez nos
permitieron vivir, pero alejados, ya que en grupo estábamos acabando con todo a
nuestro alrededor, tal vez esa era la única solución para salvar al mundo de la
humanidad. Me pregunto si algún día lo sabremos…
Encontraremos
como comunicarnos, lo sé, ya empieza… he visto miles de botellas con mensajes
dentro ¿serán cartas de amor? Ahora flotan en el mar, seguro son de otras almas solitarias, buscando
su destino…
Claudia Liz Flores
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