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jueves, 31 de mayo de 2012

LA BÚSQUEDA


Parecía una persona común, tal vez algo cuidadosa usando el cubre bocas, alguien que tenía muy presente la salud de los demás, una mujer más en la feria del libro decidiendo que comprar. Que distinta era su realidad…
Hace algunos años, sus labios la abandonaron, se fueron tras aquel extraño escritor que había besado. El escritor de su existencia, sus fantasías y sus ilusiones, aquel que se había llevado sus sonrisas, sus sabores. Lo había conocido en un pequeño bar, se dejó perder en el whisky, se dejó robar, al despertar su rostro estaba incompleto, lo tenía que recuperar.
Ahora busca de feria en feria, sus palabras fugitivas, seguro las reconocerá , así descubrirá al autor, podrá enfrentarlo y exigirle con una mirada, le ayude a recuperar sus labios, para tener de nuevo el rostro de una persona normal.
Claudia Liz Flores
(Para Concurso #79 Las Historias http://www.lashistorias.com.mx/ )

lunes, 21 de mayo de 2012

ELLA Y EL CAMINO


Estaba cansada de ir sentada, sentía que la línea de sus pompis había dejado de existir - maldito carro incómodo- pensó, después de tres días de viaje su destino aún se veía lejano. Y así era, no tenía ni la menor  idea de a dónde ir, sólo sentía una inexplicable  necesidad de seguir en movimiento, de no apegarse demasiado a los lugares o las personas.

La verdad era que le temía a la pérdida, a las ausencias, lo único que le daba seguridad era su soledad y el descubrimiento de lugares desconocidos.

Escrito por Claudia Liz Flores
(Microficción para Convocatoria On the Road)

LAS CRUCES AUSENTES


Decidimos irnos de la ciudad, vivir nuestro amor lejos del bullicio, del estrés, no había nada que nos detuviera, familia, amigos, trabajo.

Revisamos el mapa, ya sabíamos a dónde queríamos llegar, elegimos vivir cerca del mar. Nuestro plan era sencillo, subir nuestras cosas a la camioneta, además del equipo para acampar y llegar a Barra de Navidad, un pequeño pueblo pesquero, aislado, poco visitado. Nuestro amor nos hacía sentir invencibles, despreocupados.

Nunca pensamos que la carretera estaría en tan malas condiciones, ni que las curvas para llegar fueran tan cerradas. Lo último que recuerdo son las luces del camión de pasajeros, un fuerte golpe y luego el silencio, luces de colores, el pasto frío, oscuridad.

En esa curva hay 42 cruces, algunas con flores de plástico, otras con veladoras, algunas visitadas con frecuencia,  otras olvidadas. Para nosotros no hay cruces, nadie notó nuestra ausencia, nadie lloró nuestra muerte.


Escrito por Claudia Liz Flores
(Microficción para Convocatoria On the Road)

sábado, 19 de mayo de 2012

ALMAS EMBOTELLADAS

En cierto punto, los continentes temblaron y luego se partieron en millones de pedazos,  fue muy extraño, porque los humanos fuimos separados en pequeños trozos de tierra, aunque parezca inverosímil, nunca nos falto agua o comida, hasta libros caían en nuestras manos… a veces caían del cielo, otras llegaban flotando. Nunca tuvimos tiempo siquiera de temer por la falta de lo necesario para sobrevivir, teníamos abrigo, sombra, parecía incluso que con sólo desear algo aparecía, excepto por el contacto con otros, cada uno flotaba en su isla, en un océano de soledad.

Estoy segura de que todos añoramos lo que antes se conocía como interacción, una buena plática, el contacto físico, las caricias, un buen beso. Ahora seguro apreciamos todos aquellos momentos que antes nos parecían insignificantes, como sentarse a la mesa con la familia, codearse en el lavabo, reír y llorar, contar con el apoyo de alguien más…

Pasan los días  y pienso: tal vez nos permitieron vivir, pero alejados, ya que en grupo estábamos acabando con todo a nuestro alrededor, tal vez esa era la única solución para salvar al mundo de la humanidad. Me pregunto si algún día lo sabremos…

Encontraremos como comunicarnos, lo sé, ya empieza… he visto miles de botellas con mensajes dentro ¿serán cartas de amor? Ahora flotan en el mar, seguro son de otras almas solitarias, buscando su destino…

Claudia Liz Flores



viernes, 11 de mayo de 2012

CLARA

Era una hermosa niña debajo de aquel cochambre, vivía en la calle de las limosnas, de limpiar parabrisas, de vestirse de payasita, no sabía si tenía padres o parientes, sólo sabía que su vida era así, rodeada de otros como ella, buscando cada noche un lugar para resguardarse de la oscuridad, del frío, de la lluvia.

Se llamaba Clara, o así le decían desde que tenía memoria, el hombre que se llevaba la mitad de sus ganancias a veces le daba comida, ropa, o cosas necesarias para vivir,  nunca un techo.

Su vida transcurría sin cambios. Durante todo el día se movía de un crucero a otro, buscando las mejores propinas. A veces afuera de las iglesias, ponía cara de muerta de hambre para que se apiadaran de ella y fueran generosos, de noche buscaba un lugar para dormir y soñar, era lo mejor de su vida, sus sueños. A pesar de que nunca le habían leído cuentos de hadas, siempre soñaba con castillos encantados, hadas, seres mágicos, príncipes y dragones. Le divertía tanto soñar, que le costaba despertar y acostumbrarse de nuevo a su realidad, aunque también a veces tenía pesadillas.

Clara sobrevivía bajo un puente poco transitado, cerca de un bosque, de esos que hay en medio de las manchas urbanas. Ahí construyó una pequeña casa de cartón, resguardada por la vegetación de visitantes no deseados.

Una noche, soñaba que un gran dragón negro la acechaba por la ciudad, ya había quemado su casa de cartón. Despertó exaltada, sólo había sido un mal sueño, además, los dragones no existían, ¿o si?

Clara se tranquilizó y volvió a dormir. Cuándo despertó todo a su alrededor era extraño, estaba en un cuarto circular, construido de piedra, hermosamente decorado, ella estaba en una cama extremadamente cómoda, cubierta con sábanas de seda, su ropa parecía hecha de hilos dorados, vio sus manos y estaban limpias, seguro seguía dormida. Era un buen sueño, así que se levantó de la cama para disfrutarlo, todo era impresionante, hasta había un sirviente dispuesto a cumplir el menor de sus caprichos.

Había pasado tanto tiempo disfrutando de todo aquello, que no se percató de la pequeña ventana a lado de su cama, se dirigió a ella pensando en lo real que se sentía todo y al asomarse lo vio, el dragón negro hacía guardia bajo la enorme torre en la que la tenía presa.

Lo recordó todo, estaba atrapada y custodiada por aquella bestia. No era un sueño, ella sí era una princesa.


Escrito por Claudia Liz Flores
 basado en el siguiente MicroCuento


KARMA INSTANTÁNEA


EL CUENTO


LA ESPERA


viernes, 4 de mayo de 2012

EL FUEGO DANZANTE


Hace tiempo que estoy solo en el mundo, no tengo con quien hablar, con quien convivir, con quien discutir…es extraño que a pesar de no tener comida o agua,  siga vivo.

Ni siquiera recuerdo a la perfección que fue lo que paso, sólo sé que un día, hace varios años ya, todos dejaron de existir, fue una niebla que todo lo cubrió, se los llevó. A dónde? no lo sé, por qué no me llevó a mi? tampoco lo sé…sólo recuerdo el miedo, una sensación extraña de acecho, de saber que mi hora estaba cerca, la gente orando en las iglesias, hincados en las calles, suplicando compasión a lo desconocido, caos total, llanto…muerte sin cuerpos, o eso es lo que yo creo.

Hay días en que me siento atormentado, la única idea que ronda mi cabeza es conocer la razón… Por qué alguien como yo sobreviviría?, ateo, no la mejor de las personas,  siempre fui un sarcástico infeliz, al que le gustaba complicar la existencia de los demás…acaso este será mi castigo? Podría ser...ya me estoy cansando de no encontrar nada que hacer, de intentar morir sin resultados, de probar todas las maneras posibles e imposibles: balazo en la cabeza, ahorcado, envenenado, saltando al vacío, dejándome llevar por el mar, etc. Parece existir una mano divina que siempre me salva, me regresa al momento anterior al intento de suicidio…¿Que pasa? ¿Que me pasa?

He perdido toda noción del tiempo, he leído todo libro escrito por la humanidad, hasta los que estaban perdidos y encontré. Lo único que hace mi existencia tolerable es encender la chimenea y sentarme a interpretar las sombras del fuego danzante.

Escrito por Claudia Liz Flores

REENCARNACIÓN


Estoy soñando que soy una mujer y me he casado joven, tengo 4 hijos y soy feliz. Mi esposo ha cambiado de trabajo, decido invitar a cenar a su nuevo jefe…toca el timbre y al abrir la puerta lo veo, sé que es él. Nuestras miradas se cruzan y nuestros corazones laten al mismo compás. Me siento incapaz de hablar, ni siquiera de mantener la mirada. Me siento profundamente triste… ¿cómo puedo añorar a alguien que acabo de conocer?, ¿cómo puedo saber que es un amor más allá del tiempo y del espacio? Pasan los días, los meses, intento no pensar en él, vivo una vida tranquila, un día recibo su carta… Me dice que me recuerda de otra vida, pero sabe que lo nuestro no será nunca una posibilidad, se muda al otro lado del mundo para dejarme ser feliz…luego despierto.

En uno de los sueños yo era una niña de 10 años, estaba enferma, al verme en el espejo vi unos bucles largos y oscuros que enmarcaban mi rostro, mis ojos eran verdes y mis labios delgados, me veía deshidratada y amarilla,  mi doctor de cabecera estaba fuera de la ciudad, por lo que mis padres llamaron a un viejo doctor que les habían recomendado. Apenas puedo mantener los ojos abiertos, siento como si fuera a morir, abro los ojos y él está frente a mí, a pesar de ser un anciano, mi corazón da un vuelco, sus ojos oscuros me recuerdan a alguien, siento como si lo conociera, veo en sus ojos a un ser amado, pero soy una niña y no lo entiendo. Me pone compresas en la frente, me da un medicamento, vela por mi toda la noche, me siento protegida…escucho entre sueños que me habla con una profunda tristeza, dice algo sobre lo tarde que llegue en esta vida. A los pocos días de mi alivio, me entero por mis padres que el doctor ha muerto, algo le pasó a su corazón. Siento una profunda pena, y no lo comprendo, apenas lo llegue a conocer, pero es un dolor que persiste por años…despierto.

Ahora es una pesadilla, soy un hombre cuya fuerza ha menguado, estoy en un desierto en medio de la nada, apenas tengo fuerzas para seguir avanzando, he recorrido casi todo el mundo buscándola, sigo sin encontrarla… ¿a quién busco? No lo sé, pero cuándo la encuentre mi corazón se llenará de júbilo. Me desmayo al llegar a un oasis, siento que estoy muriendo…alguien se acerca a darme agua, es ella!!! En sus ojos leo el amor que tanto he añorado, resulta increíble que ames a un desconocido, pero ella y yo somos uno en el infinito. Escucho su llanto y sé que sufre por haberme encontrado en esta situación. Muero con un profundo dolor, para despertar en otra vida…

Abro los ojos, tengo 38 años, ha llegado una nueva compañera de trabajo, creo que es linda, simpática y me entero que también es casada. Cada día descubro algo nuevo en ella, la calidez de su mirada, su sonrisa de lado…tiene muchas cualidades pero percibo su dolor, ella no es feliz. Surge una amistad que avanza con los años, me brinda su corazón a manos llenas y le aseguro que podrá contar conmigo siempre. Ahora caigo en cuenta de que la amo, pero sigue siendo imposible, igual que en los sueños y vidas anteriores. Lo único que puedo hacer es prometerle que la buscaré eternamente hasta por debajo de las piedras, haré todo lo posible por estar con ella…

Oigo el despertador, y al abrir los ojos entiendo que esto es la realidad, él está a mi lado, mi corazón se alegra, acaricio su cara, paso mis dedos por sus oscuras cejas, lo incomodo para despertarlo…sus ojos oscuros y adormilados sonríen, se acerca a mí y siento sus labios carnosos presionar los míos como si la vida se le fuera en ello.  El beso más dulce y sincero jamás dado, sus manos me recorren y me siento plena, doy gracias a Dios por haberlo encontrado…después de tantas vidas, estamos juntos!

                                                                                                          Escrito por Claudia Liz Flores

COMPLICITÉ (Escrito para DevoradoresdeHadas.com)


La neblina era espesa y cubría gran parte del bosque, estaba oscuro aún y a lo lejos se percibía la calidez del amanecer que estaba por llegar.  Roxin volaba por entre los árboles como cada amanecer y acariciaba los capullos de las flores para despertarlos, de pronto sintió que alguien la observaba. Detrás de unos arbustos unos grandes ojos brillaban, la mirada estaba dotada de cierta humanidad pero pertenecía a un insecto de alas doradas que Roxin no pudo identificar. Ella conocía a todas las especies y no supo a cual correspondían esos ojos hipnotizantes que tanto la atraían.

Voló hacía ellos y pudo escuchar cierto zumbido que iba en aumento según se aproximaba, estaba asustada pero también intrigada, así que siguió avanzando y entonces reconoció su nombre: el insecto la llamaba por su nombre.  Roxin entró en pánico, cerró sus ojos, ahogó un grito de terror, y antes de lograr alzar el vuelo, fue atrapada por una mano. Temía abrir los ojos, pero lo hizo, supo que su hora había llegado. El calor de la mano que la aprisionaba le daba cierta tranquilidad, sintió la misma protección experimentada en el seno del capullo que la vio nacer.

El Devorador ahora tenía posado sobre sus hombros a ese extraño insecto que atrajo a Roxin, los dos la observaban con detenimiento. El hada medía lo mismo que la palma de una mano, tenía unas facciones finas, estaba desnuda y temblaba, sus alas eran hermosas formadas con miles de colores que cambiaban según la intensidad y dirección de la luz. La acariciaba para calmarla pues sabía que su sangre no sería tan dulce, ni cálida si seguía aterrada.

Cada uno se sentía encantado con la belleza del otro. Roxin estaba confundida pues creía que los devoradores eran monstruos y seres solitarios, ahora no podía entender como algo tan bello podía ser tan cruel y sangriento con las de su especie.

El Devorador la levantó a la altura de su rostro y le susurró algo al oído, Roxin sonrió, empezó a reír cada vez más fuerte. Las carcajadas ocultaron el sonido de su cuerpo despedazándose, de su sangre goteando, la más dulce que el Devorador había probado en toda su vida.



Claudia Lizeth Flores

Escrito por Claudia Liz Flores
Ilustrado por   http://brownieheart.com/

FUGITIF (Escrito para DevoradoresdeHadas.com)


Durante siglos las hadas habían sido atraídas por la belleza de un laberinto escondido en medio del bosque. Una vez que la víctima entraba en aquel lugar, era imposible salir con vida, el miedo se hacía real hasta dejarla inmóvil y nada, excepto el Devorador podía sacarla de aquel oscuro y solitario lugar.

Lorik era un coleccionista, los ojos de las hadas muertas, se convertían en joyas preciosas de colores únicos e irrepetibles, él disfrutaba recordar la súplica de libertad que cada una de sus víctimas había cantado antes de morir, antes de sacarle los ojos.

Belay lo había observado por milenios y a pesar de conocer su oscuridad, sentía amor y compasión por un ser que no podía ir en contra de su naturaleza, ya no soportaba aquella realidad en la que lo suyo era más que imposible, ya no le parecía suficiente sentirlo cerca...había decidido morir a manos de su único amor. Ella era un hada bellísima, su larga cabellera color topacio caía sobre sus hombros, sus alas se agitaban tan rápidamente que resultaban casi imperceptibles, excepto por el halo de luz multicolor que la seguía. Lorik estaba encantado con su belleza, así que la siguió por días y semanas, le extrañaba que el hada no pareciera asustada o preocupada, por eso decidió acercarse, hablarle, hechizarla con su mirada para después devorarla.

El resto estaba borroso, recordaba fragmentos de lo sucedido, había hecho el amor con el hada, la había visto sonreír y llorar, había probado su sangre, se había saciado en ella…él había caído en su hechizo, había sido la presa.

Oscuridad, la nada y luego una luz cegadora que lo obligó a despertar. Durante unos minutos se forzó a mantener los ojos abiertos, tardo un poco en acostumbrarse a la luz del sol. Entonces recordó que estaba solo, desenterró su ropa y cubrió su desnudez, había pasado la 5ta noche, de muchas por venir, en medio del desierto, con la arena cubriendo su cuerpo. Buscaba pasar desapercibido, inclusive de las estrellas. No existía entidad en el universo que lo salvara del terrible castigo que ahora merecía. Sabía que era culpable de un grave delito contra la naturaleza, sentía la boca seca y alrededor de sus ojos se marcaban unas grandes y oscuras ojeras, resultado del miedo, el hambre y la ansiedad que lo aprisionaban; en sus puños sujetaba con fuerza su pequeño y recién adquirido tesoro…unas grandes perlas tornasol que además representaban un  sacrificio de amor. El había sido un cazador, de los mejores de su especie y sin embargo los ojos de Belay lo habían  obligado a huir del bosque…Mientras se vestía, intentaba entender lo sucedido. Nada tenía sentido y sabía que lo que sentía no era simplemente un delirio de persecución.

                                                                                                          Escrito por Claudia Liz Flores

jueves, 3 de mayo de 2012

LE MAGICIEN (Escrito para DevoradoresdeHadas.com)


Beaux  había sido siempre un humano ordinario, no creía ni le interesaba la fantasía, solo la realidad. Tenía un trabajo de 8 horas, una casa común, un gato negro y su soledad.

Era un hombre rutinario, no le interesaba tener amigos, ni hobbies. Noche tras noche para llegar a su casa atravesaba un pequeño bosque que estaba en medio de la ciudad, llegaba a su casa, cenaba en silencio, alimentaba a su gato, veía televisión y se quedaba dormido en el sillón hasta la madrugada, cuando despertaba para irse a su cama. No soñaba, simplemente dejaba de existir para despertar a un nuevo día. Era una vida sin color, triste.

Un hada lo observaba, lo seguía por entre los troncos de los árboles, en primavera se escondía entre las flores, en verano los rayos de la luna la ocultaban, en otoño las hojas secas eran su camuflaje y en invierno se vestía de blanco para perderse con la nieve. Ella sentía una profunda compasión por aquel humano invisible, así que decidió concederle un poder y lograr con esto que su vida cambiara, que fuera mágica, aventurera, diferente.

La siguiente vez que Beaux atravesó el sendero del bosque, escucho a lo lejos un cántico que lo atrajo hacia un lugar dónde la magia era parte de la realidad, el hada lo esperaba con una botellita de cristal que parecía contener un líquido plateado. Ella lo incitaba a tomar unas gotas, pero Beaux estaba encantado con su visión y decidió tomar el frasco entero.

El sonido del cristal roto dio paso a las manos de Beaux, que rodeaban su garganta, el líquido le quemaba por dentro, los ojos le lloraban y sus lágrimas negras no lo dejaron entender que el hada lo quería ayudar, así que en un arrebato de venganza se abalanzó sobre ella. Fue una pelea difícil pero había terminado con su existencia y ahora se sentía feliz, como nunca antes, había encontrado un hobbie, matar hadas lo extasiaba.

Levantó sus manos para ver la sangre del hada, estaban limpias, solo  encontró un polvo rojiazul que flotaba entre ellas, era un poder desconocido para él, pero sumamente adictivo. Se dio cuenta que podía lograr cosas imposibles, entre ellas atraer más victimas a su nuevo juego, pero también se percataba de que la magia se agotaba y para recuperarla tenía que matar a una nueva hada.

Quien pensaría que el deseo del hada por crear una existencia mejor, terminaría convirtiéndose en un oscuro habitante de los bosques…un Devorador de Hadas.

                                                                                                          Escrito por Claudia Liz Flores

LA MALDICIÓN (Escrito para DevoradoresdeHadas.com)


Cuando la oscuridad reinaba en el bosque Nyx se despertaba para cazar, se movía entre las sombras de los árboles que proyectaban la luz de la luna. Era el verdugo de almas perdidas, bebedor de sangre.

Le causaba un éxtasis único  clavar a su presa y drenarle la vida, verla desangrarse era un placer orgásmico. Esta vez había tenido suerte, su presa era increíblemente hermosa, sus alas doradas resplandecían aún en la oscuridad, su rostro parecía de porcelana, tenía los ojos muy oscuros y su cabello era de un rojo intenso. Emanaba una tristeza infinita, su corazón apenas latía, cada vez más lento, casi inaudible, gota a gota la sangre escapaba de su cuerpo.  Los silencios se arremolinaron insoportables a su alrededor, la revelación de la identidad  del hada llegó demasiado tarde: a Tenanye nadie la podía tocar y Nyx había bebido su sangre y acabado con su existencia.

Los habitantes nocturnos del bosque fueron testigos del  final. El viento arreció y a lo lejos  gritos desgarrados clamaban venganza. El  aleteo se dirigía contra el devorador.

Se abrió  a las miles de hadas que por siglos había cazado, una explosión de venas y arterias, carne y huesos emanaban de Nyx,  parecía contener la sangre de mil cuerpos. Ahora era él quien se desangraba, y así fue por días, semanas, años. Su muerte fue lenta y dolorosa, una maldición que debía pagar por su pecado. Se había equivocado de presa. Le había arrebatado al mundo la única esperanza de sentir alegría.




Escrito por Claudia Liz Flores

UMBRAL (Escrito para DevoradoresdeHadas.com)


Yo era un hombre común hasta donde la conciencia lo permitía…pero en mis sueños era algo más, era un humano capaz de atravesar el bosque en busca del umbral que me llevaría hacia ella…el hada mas hermosa jamás imaginada.

Cada día  caminaba entre los árboles, ansiando la noche para poder reunirme con Shaylee, un ser místico y hermoso, que con su mirada, sus caricias y sin palabras, me insinuaba cuanto me amaba. Sus bellos ojos color uva, sus labios rosados y su piel pálida me pertenecían cada noche durante mis sueños.

Un día mientras atravesaba el bosque, encontré un sendero, lleno de flores de muchos colores, y exóticos olores que parecían tener vida, el camino se iba estrechando con la vegetación convirtiéndose en una especie de túnel, seguí el camino como hipnotizado y encontré una puerta con un sello de plata y oro…el camino hacia otra dimensión, hacia mi perdición.

No fue difícil romper el sello, tampoco tuve miedo de atravesar la puerta pues esperaba que mis sueños se hicieran realidad…y así fue, me encontré en un lugar mucho más colorido y fantástico, lleno de hermosos seres mitológicos, duendes, hadas, unicornios…

Mi hermosa Shaylee estaba ahí y esta vez no estaba soñando…camine hacia ella y ví pasar ante mis ojos una vida a su lado, cuando nos conocimos, cómo nos enamoramos, la primera vez que hicimos el amor…pude sentir el calor de su cuerpo desnudo… por fin el círculo de mi vida estaba cerrado, su corazón me pertenecía y yo me entregaba a ella en cuerpo y alma…ahora sabia que existía el cielo…estar con ella me hacia el hombre más feliz de todo el universo y ella emanaba alegría por cada poro de su cuerpo.

Pasaron los días y al final la desgracia cayó sobre nosotros, un amor entre nuestras especies era imposible y castigado, así que nos separaron y luego dictaron la fatal sentencia…para el hada, la desintegración total…para el humano, vivir eternamente en los bosques con el único recuerdo de la inevitable muerte de Shaylee, mi gran y único amor.

Noche tras noche lo sufro, aún lo vivo como si estuviera pasando de nuevo, sonaba como papel al romperse, mi hada lloraba, agonizaba, perdía sus alas plateadas, dejando solo polvo que resplandecía sobre el verde pasto…dirigiendo su última mirada de súplica hacia mi.

Escrito por Claudia Liz Flores


Fotografía de César Rodríguez 

LA PUERTA



1ro de Marzo 2005
Ese sonido tan inusual…era de noche, cuando regresaba a mi casa, en medio de los árboles y rodeada sólo por la noche y la luz de la luna…ese sonido!! Si hubiera otra manera de llegar a casa, evitaría atravesar la oscuridad del bosque, ese golpeteo se ha robado mi tranquilidad, los pocos minutos al día en los que disfrutaba de mi soledad, compartiendo y sintiendo a la naturaleza a mi alrededor.
12 de Junio de 2005
Hace meses que alguien golpea con fuerza una puerta, oigo la desesperación de las manos que intentan a toda costa ser escuchadas,  con golpes rápidos y arrítmicos…quieren salir de su prisión, quieren que alguien los libere…pero es imposible abrir una puerta que no se ve, que no sabes dónde está…tal vez sea sólo mi imaginación. Nunca es en un punto específico de mi camino, a veces el sonido viene de la derecha, a veces lo escucho frente a mi, y eso es lo que más me asusta. No sé a ciencia cierta cuando empecé a escucharlos, solo sé que mi vida cambio drásticamente a partir de la primera noche que lo percibí.
26 de Julio de 2005
Hace una semana que pedí cambio de horario en el trabajo, prefiero trabajar de noche y atravesar el bosque  sólo antes del anochecer y una vez que ha salido el sol. Estoy aterrada!!! El cálido recuerdo que tenía del bosque se ha esfumado con la fría neblina que lo cubre, además del terrible golpeteo que sigo escuchando. Y ayer alcance a escuchar un grito desagarrado, seguido del golpeteo!! Esto ha llegado a un punto insoportable!! No puedo pensar en otra cosa, ahora hasta en mis sueños me atormenta.
3º de Octubre de 2005
Hace varios meses que el sonido del bosque se ha convertido en mi obsesión, he buscado información en Google y en la biblioteca del Edo., sobre todo en el área de transtornos mentales…y parece que no soy la primera persona a la que le sucede esto…hay otros casos sin resolver documentados por los psiquiatras y psicólogos que trataron a personas con esta misma obsesión. Debo buscar una solución, tal vez enfrentar al bosque, encontrar la puerta y abrirla…No estoy segura de soportarlo mas!!
31 de Octubre de 2005
Según lo que he leído, hoy es un día  cabalístico, lleno de energías. Así que he decidido que hoy me internaré por el sendero y no saldré del bosque hasta que la puerta me sea revelada. Ya tengo mi kit de campamento y este diario, testigo mudo de mi enfrentamiento con lo desconocido.
2 de Noviembre de 2005
Hoy  me despertó un terrible olor a humedad, a viejo. Al salir de mi casa de campaña ahí estaba, una gran puerta de madera vieja, con la pintura deslavada por el tiempo y roída por algunos animales, con un cerrojo oscuro esperando por una llave maestra…una llave que por supuesto no tengo!! No he intentado abrirla por temor a lo que pueda ocultar, a lo que pueda encerrar, y el golpeteo ha cesado. Aquí estoy sentada frente a ella, sin saber que hacer…
3 de Noviembre de 2005
He visto a través del cerrojo y fue muy extraño, me pareció verme a mi…atravesando el bosque, disfrutando de  mi soledad, era yo antes del golpeteo??
Algo esta pasando, pero no logro entenderlo, mis latas de comida no se terminan y es como si algo me retuviera aquí…por algún motivo cuando me quiero ir no logro hacerlo. La puerta sigue frente a mi, pero el golpeteo no lo he escuchado desde que apareció frente a mi casa de campaña.
4 de Enero de 2006
Estoy desesperada por irme…por regresar a mi vida!! Pero no logro salir!! La puerta  me persigue, solo a través del cerrojo distingo una vida normal, ya intente abrirla, salir de esta realidad, pero no puedo!!!  Y lo peor es que ahora estoy segura de que lo que veo a través del cerrojo soy yo atravesando el bosque, he intentado llamar la atención de mi otra yo, la que es libre, la que camina por el sendero. He golpeado la puerta con todas mis fuerzas!!!,Sólo tengo dos oportunidades al día,  conozco los horarios, pero no me escucha!!! Que puedo hacer??? Que alguien me saque de aquí!!!!!!!!! P O R F A V O R !!

                                                                                                   Escrito por Claudia Liz Flores

AMOR

En las ciudades perdidas bajo el mar se escuchaban historias acerca de los humanos y el extraño sentimiento que los hacía entregar su alma y corazón, incluso perder la razón…estas historias eran contadas por aquellos tritones que lamentaban haberse aventurado en nuestro mundo y que hablaban de mujeres convertidas en estatuas de sal, la penitencia por entregarse a un hombre de los mares. Describían como una vez cada mil años sus escamas se cristalizaban y caían una a una provocando un dolor indescriptible que parecía provenir de las entrañas, dando paso a un par de piernas, al sexo y a su primera sensación de satisfacción, sus cuerdas vocales se modificaban, respiraban aire por primera vez y disfrazados de humanos se adentraban en pueblos costeros, haciéndose pasar por marineros sobrevivientes de naufragios, consiguiendo que las mujeres sintieran compasión por ellos…un encantamiento que duraba solo 77 días.

Una noche Cali caminaba por la playa y vio a lo lejos un cuerpo inerte, corrió en su ayuda y encontró a un hombre desnudo, de piel pálida con el cabello oscuro, muy atractivo…se sonrojó al imaginarse junto a él, pero ignoró sus  pensamientos pues necesitaba fuerza y concentración para sacarlo del mar… al levantarlo percibió que lo aquejaba un dolor muy intenso, sintió lastima por él y lo llevó a su casa, le puso ropa, comida, bebida, le tendió una cama para que descansara y lo cuido toda la noche hasta que despertó.

Cuando Luthien abrió los ojos y vio a Cali, sintió como algo dentro de su pecho se movía rítmica y aceleradamente, también sintió calor en las mejillas y extrañamente húmedas las manos, y calor…mucho calor. Eran sensaciones desconocidas para él, pero muy embriagantes. Se dio cuenta de que podía escuchar los pensamientos de Cali, le intrigaban sus fantasías, sentimientos y el alcance de su imaginación…que además estaba llena de situaciones que se percibían como reales.

Los días transcurrían, la magia casi llegaba a su fin y Cali cuidaba de Luthien con esmero y dedicación, se estaba enamorando de su extraño, pensaba en él durante el día y cuando se iba a su cama, entre las sábanas fantaseaba con sentir por todo su cuerpo al hombre que llego del mar, sus besos, sus caricias, su calor. Luthien percibía en él una creciente fascinación y necesidad de permanecer a lado de esa humana…también era capaz de sentir de corazón?

La última noche había llegado, Cali había salido a comprar cosas para la cena, velas, carne, vino, estaba muy ilusionada y feliz pues se sabía correspondida, Luthien le había expresado su adoración y ella había imaginado su vida entera junto a él…esa noche harían el amor.

Cuando ella regreso a su casa el hombre del mar se había marchado…sin dejar un mensaje o una pista de su paradero. El  estaba parado a la orilla del mar, podía sentir en su boca el sabor de la brisa marina que se mezclaba con sus lagrimas… escuchaba a lo lejos los pensamientos contrariados de su amada y su desesperanza al sentirse abandonada, pero Luthien había tomado la decisión de alejarse eternamente antes que verla convertida en una estatua de sal.

Escrito por Claudia Liz Flores