La TV está a todo
volumen.
Ella ríe a carcajadas
Él llega y se mete al
baño. Se lava la cara y se observa en el espejo, las caricias de la otra siguen
ahí, sus besos le han dejado los labios hinchados, tal vez ella ni lo note. Se
lava la boca para quitarse su sabor o seguirá experimentando espasmos de placer
al recordar a la otra.
Ella lo ve salir del
baño, apaga la TV, le da la bienvenida, intenta besarlo, la boca la esquiva,
igual que la mirada. Lo nota pero prefiere no darle importancia, no quiere
hablarlo, teme hacerlo.
Él se pone la pijama,
no quiere cenar, se va a acostar.
Ella intenta seducirlo,
desea desnudarlo, amarlo.
Él no tiene ganas. La
abraza forzado, le da un beso en la frente y finge caer de sueño.
La cama antes cálida,
ahora sólo es un colchón con dos cuerpos que apenas se tocan.
Él teme rozarla por
error y encenderla.
Ella se sabe olvidada,
no quiere molestarlo, teme perderlo. Llora de noche, mientras él ronca, cuando
nadie la ve. Sonríe afuera y finge que todo está bien.
La historia se vuelve
cíclica.
Ella tiene la certeza
de que hay otra en su relación.
Él considera
inexistente su relación con ella. Hace más de un año que no la toca, apenas le
habla, ya ni siquiera la ve.
Zeth Arellano
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